Descubre cómo se genera la energía eólica, sus beneficios y limitaciones y su importancia en la transición energética.
El uso de aerogeneradores para la generación de energía es ampliamente conocido como energía eólica. La energía eólica además de ser útil a través de grandes sistemas conocidos comúnmente como “molino de viento” o más concretamente aerogeneradores, también está disponible para su uso particular o residencial más allá de la industria eólica, a través de generadores más pequeños y fáciles de instalar.
En este caso se trata de la energía mini-eólica y está enfocada en proporcionar energía a viviendas individuales, pequeñas comunidades o negocios.
¿Qué es un aerogenerador o turbina eólica para casa?
Como comentábamos, al igual que existen grandes molinos para uso industrial y conducir energía a la red, también existen dispositivos de tamaño mucho más reducido para su uso residencial, con una instalación mucho menos compleja y también menos potentes.
Los podemos clasificar entre aerogeneradores domésticos verticales u horizontales.
Los aerogeneradores de eje horizontal cuentan con un eje de rotación situado de forma paralela al suelo y son los más utilizados en la actualidad. El eje de rotación está en la parte superior del mástil y trabajan sobre un sistema de palas de diferentes tamaños que absorben la fuerza del viento.
Tienen que orientarse constantemente hacia la dirección del viento para conseguir el máximo rendimiento, por lo que incorporan también una veleta o motor eléctrico que consiguen lograrlo automáticamente sin intervenir manualmente.
Los aerogeneradores de eje vertical cuentan con palas que rotan alrededor de un eje central vertical, contando de antemano con tres ventajas frente a los de eje horizontal, que cómo veíamos son más utilizados, pero no más eficientes. En primer lugar, la fijación de las palas es de fácil diseño y ejecución. No necesitan ser orientados para capturar la energía del viento. Son fáciles de ubicar, tanto el tren de potencia como el generador y transformador, a ras de suelo.
Ventajas y desventajas de tener un molino eólico doméstico
La ventaja fundamental de contar con energía autónoma propia es evidente: no depender únicamente de fuentes externas a la hora de consumir energía. Pero en el caso de la energía mini-eólica no hay una instalación igual a otra, es por eso qué más que hablar de las ventajas o desventajas, hablaremos de los requisitos con los que debemos contar antes de acometer una instalación de este estilo:
- Cumplir con la normativa legal: debemos dejar reflejado que contamos con distancia suficiente con respecto a otras viviendas para hacer la instalación.
- La fuerza del viento: Tendremos que realizar un estudio y valorar nosotros mismos, o con ayuda de un profesional, si vamos a contar con una velocidad media constante a lo largo del año y merece la pena la instalación. Se necesita viento con una velocidad mínima de 4 o 5 metros por segundo para que se mueva el molino.
- Tener espacio suficiente, las instalaciones más potentes requieren de contar con terreno, mínimo 3 o 4 metros de diámetro.
- Ordenanzas municipales: Cada ayuntamiento establece los trámites a cumplir y tendremos que actuar como en cualquier otra obra casera o industrial, contando con las correspondientes licencias.
Una vez que hayamos evaluado todos estos aspectos y antes de tomar cualquier decisión podremos evaluar si contamos con más ventajas que desventajas. Como ya decíamos la ventaja fundamental es la de ser autónomo en el abastecimiento de energía, pero entre las desventajas podemos encontrar las siguientes:
- Ruido: las turbinas más potentes generan bastante ruido, pero éste va a existir en cualquier tipo de instalación por muy pequeña que sea.
- Energía eólica en ciudades: La multitud de obstáculos hará que se reduzca muchísimo la capacidad de generar energía.
- No podemos predecir la existencia de viento a muy largo plazo.
¿Merece la pena? Compara con esta alternativa
La opción de contar con un aerogenerador casero está restringida obviamente a zonas con viento y a la opción de contar con un presupuesto holgado a la hora de realizar la instalación, las diferencias de precio entre unas opciones y otras son muy amplias y eso afecta directamente a la capacidad de generación de energía autónoma. Es por ello aconsejable contar con energías alternativas como el gas renovable para cuando la producción de energía eólica decaiga. También tendremos qué tener muy en cuenta los materiales y la calidad: encontraremos muchos modelos construidos con materiales muy distintos. Los baratos abusan del plástico y acero o aluminio de baja densidad y los más caros nos ofrecerán mejores materiales como la fibra de carbono, aceros más densos y materiales que resisten la corrosión (pinturas y barnices especiales). No se puede olvidar que tenemos que comprar un producto duradero y resistente desde el primer día a las condiciones atmosféricas adversas.
Evaluaremos muy bien la potencia que suministrarán: es la especificación más importante en estos generadores, irán desde unos vatios hasta varios kilovatios. Si lo que buscamos es generación auxiliar es suficiente con un modelo de 400-600 vatios, pero si queremos alimentar la vivienda hay que recurrir a equipos caros y grandes que puedan superar los 3.000-4.000 vatios y contar siempre con alternativas para cuando decaiga la fuerza del viento, de hecho, es muy habitual utilizar turbinas de gas en grandes instalaciones para cuando se produce esa situación.
Tienen que ser fáciles de instalar: los pequeños son sencillos de instalar y vienen preparados como un kit. Pero, si lo que queremos es un modelo grande y potente, se deberá contratar los servicios de un profesional que nos asesore e instale los aparatos, sobre todo si queremos ponerlo en el tejado, hará que la suma total de la compra se dispare bastante al alza.
Por eso, desde Nedgia, recomendamos siempre los sistemas híbridos que tengan posibilidad de ser autónomos y que no afecten a la capacidad de generación de energía en las viviendas y especialmente en las empresas, contar siempre con alternativas como el gas renovable que no disminuyan la capacidad de producción o el trabajo diario.