A lo largo del año solemos analizar las posibles opciones para ahorrar en los gastos de nuestra vivienda. Por lo general, nuestras pesquisas suelen llevarnos antes o después al campo de las energías puesto que son básicas para lograr el confort y el ahorro en nuestro día a día.
De estas, la calefacción y el agua caliente sanitaria son sin duda los focos de consumo más importantes a lo largo del año. Hoy vamos a analizar uno de los avances tecnológicos que más ahorro energético están generando en nuestros hogares: el ahorro en las calderas de condensación.
¿Qué es una caldera de condensación?
Hace ya algún tiempo que venimos escuchando este concepto cuando nos interesamos por adquirir un nuevo equipo de calefacción. La condensación ha sido sin duda uno de los mayores avances en el objetivo de generar las calderas más eficientes del mercado. Como su propio nombre indica, la mayor ventaja de estos novedosos equipos es el aumento de la condensación de los vapores de agua que se producen durante la combustión del gas natural. Gracias a sus diseños es posible generar un mayor ahorro energético en las calderas de condensación, ya que permite hacer útil parte de la energía que se desprende al someter al agua a temperaturas de más de 120 grados. Hablamos del calor latente que queda atrapado en el equipo y se convierte en ese aporte extra que posiciona a las calderas de condensación por encima de las tradicionales.
¿Cuál es el ahorro energético en las calderas de condensación?
Según los datos de los principales fabricantes, el ahorro de las calderas de condensación puede llegar a ser de hasta el 30% del consumo medio por usuario en nuestro país. Si hacemos cálculos, es muy fácil comprobar que adquirir una caldera de condensación, aunque a priori pueda parecer un gasto innecesario, compensa y mucho nuestro plan de ahorro doméstico. Si a esto le sumamos la eficiencia del gas natural en los sistemas de calefacción, definimos un producto altamente recomendable para todas las viviendas.
Ventajas de las calderas de condensación
Como hemos explicado, es evidente que el ahorro energético en las calderas de condensación es motivo más que suficiente como para decantarnos por este tipo de tecnología a la hora de adquirir un nuevo equipo. Pero, además, debemos tener en cuenta que sus emisiones contaminantes son sumamente reducidas, ya que hablamos de que se reducen casi un 70% la emisión de agentes nocivos a la atmósfera. Algo nada despreciable si atendemos a los altos niveles de contaminación existentes en las principales capitales de nuestro país. Por estos motivos, son muchas las comunidades autónomas y municipios que están fomentando la instalación de calderas de condensación a través de subvenciones o campañas informativas.
Gas natural y calderas de condensación
No cabe duda que la única forma para completar un sistema de calefacción que nos permita generar el máximo ahorro es a través del gas natural. No solo por la gran relación calidad precio de esta energía que además la convierte en la más económica del mercado, sino por el confort. Las posibilidades que nos ofrece esta energía en materia de comodidad son máximas. Hablamos de la energía más limpia de entre los combustibles tradicionales, no mancha, no genera olores desagradables y es totalmente segura. Si añadimos todas estas características al ahorro energético de las calderas de condensación, nos encontramos un tándem perfecto para quitar de nuestra lista de gastos excesivos el coste de la calefacción.
Conclusiones: El gas natural y las calderas de condensación generan ahorro energético
Tras este artículo queremos dejar patente que es la combinación de estos dos componentes lo que realmente puede marcar la diferencia en el ahorro doméstico. La tecnología de la condensación permite ahorrar considerablemente en nuestra factura y el gas natural nos ofrece el mejor coste energético, además de confort y seguridad. Aunque pueda parecer precipitado, son sin duda estos meses cálidos que nos llegan el mejor momento para plantear un cambio en nuestro sistema de calefacción de cara al invierno. Realizar este tipo de inversiones ahora, nos permitirá disponer de un extra en los meses más fríos y despreocuparnos completamente del tedioso gasto de calefacción.
Como siempre te recomendamos que contactes con un profesional para ampliar información y siempre realizar la instalación de este tipo de equipos con profesionales certificados.