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Principales tipos de calderas de gas

Principales tipos de calderas de gas

Una caldera de gas natural es uno de los dispositivos con los que debemos tener más prudencia a la hora de adquirirlos. No en vano, hablamos de un producto del que, si todo va bien, disfrutaremos más de una década.

Distinguir entre las distintas capacidades que nos ofrece cada fabricante y modelo de calderas de gas natural es fundamental para no solo generar ahorro, sino para disfrutar de un rendimiento óptimo durante los años de vida útil de nuestra caldera. Existen muchos factores que pueden decantarnos hacia una marca u otra, pero en este artículo vamos a señalaros las características más importantes a tener en cuenta en la compra de una caldera de gas.

Características importantes de una caldera de gas

Una vez entendido que nuestra caldera de gas natural debe ser estanca y de condensación, existen otros factores que hemos de tener en cuenta a la hora de comprar nuestro nuevo equipo.

-La potencia: Se trata de la capacidad que tiene el equipo de generar agua caliente.  Es decir, cuanto más grande sea nuestra vivienda, mas baños tenga o más grande sea nuestra red de radiadores, mayor potencia será necesaria.  En caso contrario, tardaremos más en calentar el agua y el servicio será más lento además de costoso.

-Dimensiones: Por lo general las calderas de gas natural tienen unas medidas estándar, pero en muchas ocasiones esto puede variar.  Es muy importante estudiar la ubicación donde se instalará puesto que en ocasiones la diferencia de potencia marca también el tamaño.

-Caudal de agua: Se trata del volumen de agua que la caldera de gas puede calentar en un tiempo determinado.  Cuanto más alta sea la temperatura del agua entrante, más facilidad tendrá la caldera de subir la temperatura en menos tiempo.

-Rendimiento: Es la cantidad de energía que necesita invertir nuestra caldera de gas natural para calentar el agua.  Cuando mayor sea el rendimiento, significará que menos combustible necesita para llevarlo a cabo.

Calderas según el tipo de suministro

Cada fabricante, independientemente de su diseño particular, la modernidad que se le aporta a la caldera o las funcionalidades de la misma las clasifica en función del tipo de suministro.

Gas natural:

Aquí ganamos en ahorro al ser el combustible más económico. Y como siempre la comodidad: el suministro de gas natural es continuo, lo que resulta muy cómodo ya que no hay que rellenar un depósito o comprar una bombona.

Propano:

Esta es la opción fundamental cuando no contamos con un suministro de gas natural ya que tenemos que instalar un depósito independiente para este suministro.

Calderas según el tipo de combustión

Atmosféricas:

Aprovechan el oxígeno presente en la estancia para generar la combustión. Desde el año 2010 está prohibida la instalación de estas calderas por la escasa seguridad para el usuario, sobre todo cuando están colocadas en habitaciones.

Estancas:

Mediante una cámara herméticamente sellada donde se realiza la combustión, recogen el oxígeno necesario al haber dentro del tubo de evacuación de humos otro tubo por donde entra el aire. Para recoger el aire del exterior necesitan un ventilador. Son mucho más seguras que las calderas de gas atmosféricas.

Diferencias entre una caldera estanca y una caldera atmosférica

Esta es una de las grandes preguntas que nos hacemos a la hora de cambiar de caldera.  Las diferencias entre una caldera estanca y una caldera atmosférica es una cuestión que hoy mucha gente desconoce. Sin embargo, es un concepto fundamental y que hemos de tener en cuenta en nuestra futura compra.

Para empezar, cabe señalar que actualmente está prohibida la instalación de calderas atmosféricas. Estas son las que tradicionalmente han estado presente en nuestras viviendas durante décadas. El motivo no es otro que la seguridad y el rendimiento energético.  Con la llegada de la tecnología estanca y más concretamente las calderas estancas de condensación, se ha logrado superar una barrera impensable hace años.  Con este nuevo método, no solo el oxígeno es extraído del exterior de la casa y no del interior como sus predecesoras, sino que además logra economizar el vapor generado por la combustión.  Esto deriva en ahorros superiores al 30%.  Un dato que a la larga se nota en nuestra factura de gas. Las diferencias entre una caldera estanca y una caldera atmosférica son pues, evidentes.

¿Qué vida útil tiene una caldera de gas?

Como decíamos al principio de este artículo, una caldera de gas natural es un producto que nos acompañará durante muchos años. Por lo general una caldera tiene una vida útil de más de diez años, pero hemos de añadir algunos comentarios al respecto.  Efectivamente es común que se pueda pasar esa fecha e incluso hacerlo holgadamente.  Si bien, pasados esos diez años nos encontramos que muchos servicios técnicos dejan de cubrir la asistencia.  Esto es debido a que el rendimiento baja ostensiblemente a partir de ese momento.  No se trata de una obsolescencia programada, tan solo es que el desgaste de los materiales de una caldera de gas se hace evidente pasados los diez años.  Si bien es cierto que no se trata de un dato matemático y esto puede variar en función del uso o del fabricante.

Conclusiones sobre las características de una caldera

A la hora de comprar una caldera es muy recomendable que dediquemos tiempo a examinar sus características. Dependiendo de nuestro tipo de vivienda, uso y ubicación, será más conveniente un modelo u otro. Características como la potencia o el caudal son muy importantes a la hora de tomar esta decisión.

Desde Nedgia os recomendamos que si vais ha instalar gas natural, contacteis con un experto para obtener mejor asesoramiento.

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