Vivir en un piso pequeño amplía las opciones a la hora de escoger calefacción. Sistemas de calefacción que no serían los más adecuados en casas grandes se convierten en grandes aliados en los pequeños espacios, que se calientan más rápido y con menor consumo.
Calefacción a gas para casa pequeña
Podemos considerar que en España una casa pequeña tiene menos de 75 m2. Esta es una medida muy relativa ya que depende mucho de la ubicación de esta. Lo que puede ser un piso pequeño en Albacete puede ser un gran piso en Barcelona. Lo habitual es que en las grandes ciudades los pisos tiendan a ser cada vez más pequeños. De hecho, la ubicación también determinará en gran medida el tipo de calefacción que podremos tener. Los climas mediterráneos tienen veranos más largos e inviernos menos fríos, mientras que el clima atlántico siempre tenderá a inviernos más duros. En nuestro post sobre “Cuál es el consumo medio de una casa” ya pudimos ver las diferencias entre unos climas y otros.
La tendencia como decíamos también nos indica que los pisos tenderán a ser más pequeños, entrando en el mercado los denominados “mini-pisos”, que son aquellos con una superficie inferior a 30 m2. Si habláramos de los primeros, apartamentos entre los 30 y los 75 m2, podríamos instalar perfectamente calefacción de gas natural mediante radiadores, con una caldera de condensación que estaría ubicada normalmente en la cocina o lavadero y que daría servicio también a las necesidades de agua caliente y a cocina. En un apartamento de este estilo lo único que habría que tener en cuenta es qué distribución tendrían los radiadores y la capacidad de tener gas en el edificio que residamos. Para ello puedes consultar nuestra herramienta https://solicitargasnatural.nedgia.es/ o informarte en nuestro blog en el artículo “Cómo saber si hay cobertura de gas en mi zona”.
En caso de tratarse de un mini-piso, el suelo radiante sería la opción preferida, al permitirnos ahorrar espacio y para conseguir una distribución uniforme del calor, de forma que pueda ascender desde el suelo al techo. El suelo radiante a gas es una magnífica opción para cualquier piso, pero se hace especialmente útil en el caso de los pisos pequeños. La razón es que el calor se distribuye uniformemente sin necesidad de instalar radiadores, únicamente la caldera de condensación. Además, actualmente se disponen de calderas de dimensiones muy reducidas, que pueden ser incorporadas en pequeñas cocinas.
El suelo radiante, además, puede ser activado habitación por habitación, contando cada una de ellas con su propio termostato. En caso de que hablemos de un apartamento tipo “estudio”, en el que sólo se dispone de una estancia, al aprovechamiento del calor será máximo.
Calefacción eléctrica
La calefacción eléctrica emula a la calefacción a gas en el uso de los radiadores eléctricos o el suelo radiante, conocido en el caso de la calefacción eléctrica como “hilo radiante”, siendo una tecnología que viene siendo utilizada desde los años 80 en España y que se convirtió en muy popular al permitir contar con un único proveedor de energía: la compañía de la luz, para todas las necesidades de una casa, desde calentar el agua, cocinar o calentar las estancias. Su auge surge en paralelo al uso de la vitrocerámica eléctrica para cocinar. En la actualidad este sistema de calefacción está siendo eliminado y sustituido por otros sistemas como la bomba de aire o el aire acondicionado de calor y frío, claramente inferiores en sus cualidades a las del gas natural.
La bomba de calor y el aire acondicionado que proporcionan calor y frío han contado con un artículo comparativo en nuestro blog, en el que ya señalamos las desventajas de contar con una bomba de calor:
- Mayor coste energético (facturas más altas), al ser más caro el kWh de electricidad frente al de gas.
- Peor confortabilidad al ser el aire caliente un calor más volátil y menos hogareño.
- Mayor mantenimiento por su dificultad de funcionamiento a bajas temperaturas.
- Coste de instalación muy superior en caso de que queramos tener un sistema integrado en la vivienda (por conductos), no mediante los clásicos “splits”.
Además, en el caso de pisos pequeños perderemos mucho espacio en caso de que no contemos con techos altos, ya que cada habitación tendrá que contar con sus propios “splits”, o bien funcionar de manera integrada mediante un sistema de calor que conllevaría un gran desembolso o tener que plantear una obra estructural.
Estufa de pellets
La calefacción con estufa de pellets no tiene nada que ver con los sistemas anteriores. Se trata de un sistema de estufa como cualquier otro, que, con la actual popularización de los pellets como sistema energético han ganado relevancia en estancias pequeñas y en casas de alquiler, pero para nada se trata de un sistema de calefacción. Las estufas de pellets están llenas de inconvenientes, desde el transporte de los propios pellets al domicilio para poder ser utilizados, hasta el peligro que supone tener una estufa en un domicilio de reducidas dimensiones.
¿Cuál es la más conveniente?
La calefacción con radiadores de gas natural o a través de suelo radiante es el método más indicado para calentar una casa. Es el método más seguro, cómodo y el que proporciona un calor más natural a nuestras viviendas, especialmente si hablamos de pequeños espacios, en los que tendemos a convivir en soledad, teniendo que optimizar muchísimo el presupuesto disponible para calentar nuestro hogar.
En Nedgia podemos ayudarte con la instalación de gas natural en tu casa. Te indicaremos qué ofertas y ayudas tienes a tu disposición y también los pasos a seguir para instalar una calefacción de gas natural segura y eficiente que además te ayudará a ahorrar.