¿Cerrar el radiador para ahorrar? ¿Merece la pena?

Si cuentas con una calefacción con termostato individual, o incluso en los modelos con caldera central, podrás ahorrar apagando los radiadores y utilizándolos de forma individualizada en función de tus necesidades y generando un gran ahorro.

Lo primero, ¿Cómo cerrar un radiador?

Los radiadores cuentan con dos modelos de válvulas: las que llamamos llaves o válvulas de paso y las manetas. Las primeras no nos permiten modificar la temperatura del radiador, mientras que las segundas son denominadas manetas termostáticas porque permiten regular la temperatura desde el propio radiador. La finalidad de ambas es cerrar el agua que accede a los radiadores impidiendo el flujo de agua a los mismos. Ahora también contamos con las válvulas inteligentes que funcionan de manera automática regulando el paso de agua a los radiadores en función de la temperatura percibida y la que deseamos para nuestro hogar mediante sensores de calor y termostatos integrados en la propia maneta.

A la acción de cerrar un radiador se le suele denominar coloquialmente condenar o anular.

Para condenar un radiador es necesario tener en cuenta frente a qué tipo de radiador nos encontramos, al existir diferentes radiadores en función de la antigüedad y de las necesidades de la instalación que existieron en cada momento.

Los radiadores monotubo, cada vez menos frecuentes, sólo cuentan con llave de paso y tienen que ser cerrados en orden al compartir todos ellos la misma tubería de agua caliente, creando una especie de circuito interconectado, por eso es necesario empezar desde el último al primero. Este tipo de radiadores es típico de las calefacciones con caldera central, al poder enviar el agua con la misma presión a través de la misma tubería. Es típico de casas antiguas en las que suele existir calefacción central y hay que empujar hacia arriba el agua, ejerciendo mucha fuerza para poder llegar a la parte más alta del edificio o la instalación en la que se encuentre. En este caso, cerrar la llave de paso de uno de ellos afectará al flujo del agua entre radiadores.

En los radiadores que sí cuentan con manetas o válvulas termostáticas podremos anular cada radiador de forma individual. Para identificar la llave de paso tocaremos la tubería que pasa a través de ella y si está caliente sabremos donde está ubicada la válvula termostática o maneta. Para cerrarla tendremos que girar con nuestra mano hacia la derecha, siguiendo las agujas del reloj. Este sistema es el más habitual en las casas equipadas con calderas individuales de gas o en aquellas en las que, aún existiendo calefacción central, se pueda manejar la calefacción de forma individualizada, aunque haya una caldera central que proporcione agua caliente a todo el edificio.

En los casos en los que deseemos montar un dispositivo electrónico autorregulable, los conocidos como cabezales termostáticos autorregulables o válvulas inteligentes, con posicionarlo en la posición de apagado (normalmente identificada como OFF) es suficiente.

Para apagar los radiadores es importante que tengamos en cuenta que un radiador suele contar con dos elementos: la llave de paso o maneta y los detentores (en los modelos que no son de “tubo”). El detentor es la pieza sobre la que nunca tendremos que actuar, ya que el detentor cuenta con otras funciones como poder llevarlo a reparar sin que afecte al resto de los radiadores instalados o permitir que regule el flujo de agua entre radiadores.

Por tanto, para condenar un radiador sólo tendremos que cerrar su llave o válvula de paso.

¿Ahorramos gas al cerrar el radiador?

Los “radiadores innecesarios” son conocidos con este nombre por no aportar nada al calor que podemos percibir en una vivienda. Cerrar los radiadores en aquellos espacios en los que no se requiere climatización te permitirá reducir la factura de gas a final de mes. La potencia calorífica que se utilizaba en esas estancias pasará al resto de la casa, que se calentará más rápido. Como consecuencia, el consumo de gas se recortará. Por eso, la primera medida será identificar esos “radiadores innecesarios” y apagarlos. Esta medida, además, conseguirá que nuestra caldera dure más tiempo y que el calor que proporcione sea de más calidad al hacerla trabajar de forma más sostenible.

Por tanto, desde que apagamos el primer radiador estamos actuando sobre el coste final de la factura y sobre la calidad del calor que nos envía nuestra caldera, prolongando su durabilidad y haciendo que actúe de manera más eficaz.

MÁS CONSEJOS para ahorrar en calefacción:

– Mantén las puertas cerradas de las estancias en las que estén los radiadores.

– No apagues y enciendas los radiadores constantemente.

– Purga el circuito de agua cada cierto tiempo para que no se formen bolsas de aire.

– No dejes un radiador siempre apagado y si lo haces encárgate de purgarlo al comienzo y final de cada estación.

– Solicita una revisión anual de tu instalación para comprobar que está todo a punto coincidiendo con la llegada del invierno.

– Mantén las ventanas cerradas el mayor tiempo posible para evitar fugas de calor. Ventilar una vivienda debe suponer como máximo 15 minutos, siendo este tiempo suficiente para que se produzca la renovación del aire. También puedes contar con purificadores de aire o deshumidificadores para realizar esta función, siempre que cuenten con una clase energética que los haga rentables.

– No coloques nada encima de los radiadores ni los utilices para secar ropa: anularás su capacidad de emisión de calor.

– Instala una caldera de condensación. Tan sólo con esta medida ahorrarás el 30% en tu factura. Además, desde 2015, la normativa vigente obliga a instalar calderas de condensación.

En Nedgia contamos con múltiples soluciones que te pueden ayudar a ahorrar en calefacción y revisar el estado de la instalación, por eso te invitamos a conocer a nuestros colaboradores contactando con nosotros y que te ayuden a poner a punto tu caldera y tu instalación de calefacción de cara al invierno. También si cuentas con cualquier urgencia nos tendrás disponibles en nuestro Servicio de urgencias.