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¿A qué temperatura hay que poner la calefacción para ahorrar en tu factura?

¿A qué temperatura hay que poner la calefacción para ahorrar en tu factura?

En pocos días llegará una bajada importante en las temperaturas y necesitaremos hacer un mayor uso de nuestra calefacción sin disparar el consumo. Para ello, probablemente te surgirán dudas como ¿A qué temperatura hay que poner la calefacción? ¿Cómo y cuándo encender la calefacción de gas natural? Aquí te explicamos algunas claves para lograr la mayor eficiencia en tu consumo energético.

¿Cuál es la temperatura ideal?

Ahorrar en calefacción en casa es un aspecto prioritario para nuestra economía durante los meses de invierno. La mayor parte de expertos y estudios coinciden: el gasto en calefacción repercute entre un 40% y un 60% en la factura energética del hogar.

Para minimizar este coste, uno de los criterios básicos es saber cuál es la temperatura ideal para el hogar. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la temperatura ideal para el hogar se sitúa entre 20 y 21 ºC durante el día y un entre 15 y 17ºC por la noche.

Por lo tanto, es recomendable programar el termostato a estas temperaturas y recordar que, por cada ºC de incremento en la temperatura, el consumo energético aumenta en un 7%, aumentando el gasto en calefacción.

Consejos para mantener estable la temperatura

Frecuentemente nos asalta la misma duda sobre la mejor manera de mantener estable la temperatura. La disyuntiva surge entre si es mejor mantener la calefacción de gas natural encendida todo el día o sólo en los momentos que estamos en casa. La elección correcta nos permitirá conseguir un gran ahorro en nuestras facturas, que se verá aumentado con una correcta elección de la energía en casa.

A menudo se especula con que mantener nuestros radiadores, caldera o suelo radiante apagados, conlleva un ahorro en nuestra factura del gas natural. Sin embargo, la realidad es que se realiza un consumo más eficiente de nuestros recursos si mantenemos estables los grados de nuestra vivienda.

La explicación es sencilla, cuanto más fría esté una vivienda, más energía se necesitará para calentarla, por lo que, si mantenemos la temperatura de la casa a una temperatura constante, por ejemplo 19⁰C, cuando baje la temperatura a 18⁰C la calefacción sólo tendrá que subir 1⁰C la temperatura de la vivienda, por lo que no tendrá que consumir mucha energía.

Por tanto, disponer de tecnología que nos ayude, como un termostato inteligente que regule los mínimos y máximos en la temperatura de nuestro hogar es un aliado estupendo para cumplir esta premisa.

Para conseguir esta estabilidad, necesitamos prestar especial atención a los momentos de ventilación de las habitaciones. Diez minutos son suficientes para renovar el ambiente y no sufrir un exceso de caída de grados por la temperatura exterior.

Temperatura calefacción

Zonificar la calefacción, ¿funciona?

La zonificación puede convertirse en otro gran aliado del ahorro si se dispone de ciertas habitaciones o áreas que son más calientes o frías que el resto de la casa. La zonificación de una instalación de calefacción es una técnica de control mediante la cual se regula la climatización de una estancia independientemente del resto de las estancias de la misma edificación.

¿Cuándo es recomendable reducir la temperatura?

Los periodos asociados a la necesidad de menor temperatura son la noche (ya que dormimos abrigados) o en los momentos en que no estemos en casa. La recomendación es de mantenerla entre los 15 y los 17º.

Actualmente, la inmensa mayoría de las viviendas cuentan con sistemas de aislamiento que permiten guardar el calor que los radiadores han generado durante el día. Por lo tanto, si tu casa está correctamente aislada, mantendrá el calor y no bajará de esos 15-17º, por lo que la recomendación sería apagar la calefacción de gas natural o ayudarte de un termostato que mantenga esta temperatura.

Capítulo aparte merecen las ausencias prolongadas. No es lo mismo apagar la calefacción durante ciertas horas (por ejemplo, cuando estemos en el trabajo) que hacerlo de manera constante durante unas vacaciones. Si vamos a estar fuera de nuestra casa durante más de una semana, apagar la calefacción por completo puede ser la mejor manera de optimizar los costes energéticos.

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