Aprende cómo pintar un radiador y descubre qué consideraciones son clave para mantener tu sistema de calefacción en perfecto estado, con Nedgia.
Pintar un radiador es una operación sencilla si contamos con los materiales adecuados. Los radiadores pueden ser de acero de chapa, hierro, aluminio o cobre. En función del tipo de material utilizaremos diferentes pinturas y técnicas de pintura y quedarán como nuevos.
Lo primero ¿Se pueden pintar los radiadores?
Sí, los radiadores se pueden pintar. Independientemente del color previo o de las características de éste podemos alterar su color, pintarlos o incluso aplicarles capas de imprimación especiales que sirvan para que recuperen un aspecto más radiante o aumentar su durabilidad. Es este sentido, existen en el mercado multitud de pinturas que podemos adquirir para pintar nuestros radiadores desde la tradicional pintura acrílica a pinturas modernas como la pintura en polvo que tendremos que aplicar en establecimientos y con pintores especializados, teniendo que desmontar los radiadores, pero obteniendo una gran durabilidad de los radiadores que nos ahorrarán futuros desembolsos.
Radiadores de hierro y aluminio ¿Qué tener en cuenta para pintar?
Para saber qué aspectos debemos tener en cuenta a la hora de pintar lo primero que tendremos que decidir es con qué material vamos a pintar los radiadores: el utensilio. Las opciones van desde la brocha al rodillo o la pistola. Todo dependerá de la práctica que tengamos con cada una de estas herramientas. Si estamos acostumbrados a usar la pistola probablemente sea el método más adecuado, pero si nos sentimos más a gusto pintando con una brocha esa será para nosotros la manera óptima. El tamaño del radiador es también una variable importante a la hora de pintarlo, si es muy grande lo más aconsejable es utilizar la pistola. Lo que sí hay que tener en cuenta es que a no ser que tengas mucha experiencia usando la pistola para pintar coches, muebles u otro tipo de enseres no es muy recomendable realizarlo por primera vez con un radiador al tratarse de una superficie complicada.
Otra de las decisiones clave es el tipo de pintura que vamos a utilizar. Aquí las opciones son casi infinitas. Lo más habitual es utilizar pintura acrílica al agua y en su elección lo importante es que sea resistente al calor. En este sentido existen marcas especializadas en pintura para radiadores y podremos encontrar desde pinturas muy baratas como la que se denomina pintura al óleo, muy económica, pero de escasa calidad, hasta la pintura en polvo, que es la que se suele utilizar de manera profesional cuando se pinta con pistola. Entre medias podemos encontrar múltiples opciones como la pintura acrílica que como ya comentábamos es la más común para este tipo de trabajos al poder utilizarse de manera menos profesional por ser más sencilla de aplicar mediante una brocha.
¿Se puede pintar un radiador con pintura de pared?
No es recomendable para nada, como ya comentamos anteriormente las pinturas que debemos utilizar tienen que ser resistentes al calor. Aunque las pinturas que se utilizan para la pared también cuentan con variedades acrílicas, eso no garantiza que sean válidas para pintar radiadores.
¿Se pueden pintar con spray?
Por supuesto, en el mercado aparte de la opción de pintar los radiadores con pistola, que sería el método más similar al spray existen sprays desarrollados para calefacción que nos permitirán pintar nuestro radiador. En cualquier caso, según los expertos, el número de unidades (botes) de spray que acabaríamos utilizando serían muy superiores al de los botes de pintura necesarios para poder pintar cada radiador, aumentando mucho la factura final de la obra. El uso del spray se suele delimitar a daños concretos o cuando queramos pintar tan sólo un radiador y no queramos desmontarlo.
Pasos para pintar un radiador
Paso 1:
apaga la calefacción con suficiente antelación (un día como mínimo). Para ayudarnos a bajar la temperatura podemos abrir las ventanas. Este paso es muy importante para que la pintura se impregne correctamente y no se acaben generando gotas que pueden resultar antiestéticas al secarse la pintura.
Paso 2:
limpia bien el área que rodea al radiador. Especialmente el polvo que pueda haber acumulado con el paso del tiempo en los alrededores de este. Después procederemos a volver a limpiarlo, pero esta vez con un paño humedecido en alcohol.
Paso 3:
protege el área que vas a pintar. En este punto es importante saber que pintar un radiador puede salpicar en múltiples direcciones, por eso es importante proteger al máximo las paredes, suelos y ventanas que estén a su alrededor mediante cinta de carrocero, cartones y plásticos en el suelo.
Paso 4:
lija el radiador. Para que la pintura consiga la imprimación suficiente tendrás que lijar bien la superficie del radiador. Para esta operación lo recomendable es usar papel de lija de grano grueso. Después de haber lijado la pintura y eliminado cualquier tipo de aspereza vuelve a pasar un paño para eliminar de nuevo la suciedad.
Paso 5:
sellado del radiador. A este paso se le denomina imprimación. El producto que se utiliza se aplica con una brocha plana y se procura cubrir toda la superficie del radiador, de forma que cuando se aplique la pintura nos resulte más sencillo, además de que sellarlo nos ayudará a cuidar la superficie y “blindar» el radiador frente al óxido. En caso de que ya exista óxido, es importante que este imprimador sea anticorrosivo, y que si localizamos partes que ya están oxidadas apliquemos más cantidad.
Paso 6:
aplicación de la primera capa de pintura. Como en todo proceso de pintura aplicaremos dos capas de pintura, dejando un tiempo conveniente entre cada imprimación (normalmente unas 8 horas).
Paso 7:
aplica la segunda capa de pintura, espera 24 horas antes de volver a usarlo. En unos 20 días los radiadores ya se encontrarán en plenitud de condiciones y con la máxima dureza para aguantar otros muchos años.
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