El gas natural es una fuente de energía que otorga numerosos beneficios a nivel económico y medioambiental. Es la energía más limpia en comparación con el resto de las fuentes de energía existentes y ahora aún más cuando se encuentra en pleno desarrollo el biometano como alternativa al gas natural.
Principales beneficios del gas natural
- Mejora la calidad del aire: Está demostrado que la implantación de gas natural en las grandes urbes contribuye a mejorar la calidad del aire y que influye positivamente en la calidad de vida de las personas que las habitan. Hay tres agentes contaminantes que debemos tener en cuenta en estas enormes ciudades: el transporte, la calefacción y las industrias periféricas.
La única manera de reducir drásticamente los elementos nocivos es a través de la disminución efectiva de emisiones de CO2, SOx, NOx (que origina la “niebla” urbana) y partículas sólidas PM10, especialmente dañinas para la salud humana.
El gas natural es un tipo de gas con menor contenido en carbono que el resto de los combustibles tradicionales, por lo que reduce las emisiones de agentes contaminantes, mejorando la calidad del aire local. El gas natural elimina totalmente la presencia de óxidos de nitrógeno (NOx) y erradica casi por completo las emisiones de partículas en suspensión (PM10) y dióxido de azufre (SO2), principales causantes de enfermedades respiratorias. - Reducción del efecto invernadero: La composición de gas natural tiene una mayor relación hidrogeno/carbono respecto al resto de energías convencionales. Esto hace que se genere menos CO2 por unidad producida, lo cual repercute en una mayor sostenibilidad a nivel medioambiental.
El gas natural está constituido en su mayor parte por metano, lo cual produce un 30% menos de CO2 que los derivados del petróleo y un 40% menos en comparación con el carbón, por ejemplo. Hay que tener en cuenta que el CO2 es el principal responsable del efecto invernadero, que produce un incremento de la temperatura superficial media de nuestro planeta. El calentamiento global necesita ser combatido desde múltiples frentes. - Contribuye a la economía circular: La economía circular hace referencia a la conservación de materiales y recursos el mayor tiempo posible, reduciendo la generación de residuos, aprovechando la proximidad de estos residuos generados en el ámbito local, disminuyendo el impacto en el transporte y como garantía para la seguridad del suministro.
A través de la descomposición anaeróbica de desechos orgánicos, residuos domésticos, industriales y comerciales, así como de aguas residuales se obtiene biogás. Una vez limpio y metanizado, el biogás se transforma en biometano y queda listo para su uso, exento de emisiones de carbono. - Favorece el uso de energías renovables: El biometano o gas renovable, contribuye a mejorar la gestión medioambiental de los residuos orgánicos y el uso de energías locales, genera empleo y potencia el uso de las renovables.
El gas renovable, es la solución para lograr una economía baja en carbono. La producción de gas natural de forma renovable es una realidad hoy en día.
Ventajas y desventajas del gas natural
Las ventajas del gas natural están relacionadas con su gran poder calorífico, su menor contaminación con respecto a otros combustibles tradicionales, su menor precio con respecto a otras energías como la luz o su implantación muy consolidada que hace muy sencillo su acceso.
La principal desventaja del gas es que es un recurso que a nivel geoestratégico genera dependencia de los países que disponen de él. Pero, como hemos visto está desventaja es cada día menor debido al desarrollo del biometano, que ya cuenta con numerosas plantas en España y que tiene un potencial de autoabastecimiento futuro muy grande como veremos a continuación.
¿Cuál es el futuro del gas natural?
España se sitúa en el octavo puesto a nivel mundial con mayor capacidad renovable. Como confirman las cifras del anuario estadístico de la capacidad renovable que realiza la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), España posee 59.108 MW de potencia instalada renovable.
Las energías en transición engloban fundamentalmente a todas aquellas que son renovables, aunque el gas natural no está catalogado actualmente como renovable, se ha convertido en la energía de transición más relevante, como ya comentamos en nuestro último post sobre la descarbonización.
Las energías de transición son aquellas que están dando paso a las energías renovables, en nuestro caso desde el gas natural al biometano, que, además, puede ser utilizado en la infraestructura existente, utilizando la red gasística actual que ya llega hasta nuestros hogares y empresas. Como prueba de este avance podemos comentar que en 2025 ya están en funcionamiento 9 plantas de biometano inyectando en redes de Nedgia en todo el territorio nacional, con una capacidad de inyección de 226 GWh/año, equivalente al consumo de 45.000 viviendas.
Las posibilidades de explotación del biometano son ilimitadas, contando con todo tipo de instalaciones y tecnologías para conseguirlo generarlo.
Las energías renovables generan el 40% de la electricidad disponible actualmente y para el año 2050 superarán a los combustibles tradicionales.
En Nedgia estamos contribuyendo de forma decidida a este cambio y estamos dando un giro total a la forma en la que operamos y nos relacionamos con nuestro entorno. Estamos incorporando nuevos biocombustibles como el biometano, procedente de diferentes tipos de residuos, para poder inyectar en la red gasística española un gas más sostenible, respetuoso con el medio ambiente y producido de manera local.
De hecho, España posee el tercer mayor potencial de producción de biometano en Europa, lo que posibilitará la generación de una enorme riqueza para el conjunto del país y para los territorios que concentran un mayor volumen de residuos como el estiércol, las aguas residuales o los residuos municipales. Y este es sólo el primer paso, el hidrógeno, por el que estamos apostando de forma decidida a través de la iniciativa Ready4H2, nos permitirá marcar la hoja de ruta para este nuevo entorno en el que nuevas formas de energía transicionarán hacia otras más modernas.