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¿Qué es una caldera de condensación de gas natural?

¿Qué es una caldera de condensación de gas natural?

Descubre qué es una caldera de condensación de gas natural y cómo funciona. Aprende sobre los beneficios y cómo pueden ayudarte a ahorrar energía.

En nuestro blog ya hemos comentado previamente las partes de una caldera y hemos hecho un repaso por las que hay en el mercado. En general, el mercado está surtido por una gran variedad de tipologías de calderas, pero la preferida por los expertos en gas natural es la caldera de condensación. Las calderas atmosféricas ya no se pueden comercializar y es por ello que se están sustituyendo mayoritariamente por las calderas de condensación que pueden ser murales, de pie o de suelo. Es más, desde que en 2015 se aprobó la normativa europea ErP, sólo se comercializan y se fabrican calderas de condensación. Dicha normativa obliga a que “las calderas de hasta 70 kW tengan unos rendimientos estacionales superiores al 86% que corresponden a una calificación energética, como mínimo de B”.

¿Qué es una caldera de condensación o baja temperatura?

Para entender en qué consiste este fenómeno de la condensación, tenemos que entender primero en qué consiste el “calor latente”. El “calor latente” es el calor que se genera al producirse un cambio de fase, de un estado gaseoso, que es en el que está el vapor, a un estado líquido. Al “cambiar de fase” es cuando se produce la energía porque se genera una cierta cantidad de energía llamada “calor latente”. Para poder pasar el gas a líquido contamos con dos aliados: la temperatura y la presión. Mediante la combinación de ambos factores conseguimos la condensación que será la que nos permita aprovecharnos del “calor latente” en nuestro favor para poder calentar el agua que posteriormente circulará por la instalación.

El principio del funcionamiento de este tipo de calderas se basa en el proceso de condensación: un cambio de fase de una sustancia en estado gaseoso (vapor) a estado líquido. Este cambio de fase genera una cierta cantidad de energía llamada «calor latente». El cambio de gas a líquido depende de la presión y de la temperatura. La condensación a una temperatura concreta supone una liberación de energía, haciendo que el estado líquido sea el más favorable desde el punto de vista energético.

¿Cómo funciona una caldera de condensación?

Como ya hemos visto, las calderas de condensación funcionan bajo el principio físico del “calor latente”. Al contar con un intercambiador de calor que extrae la mayor parte del calor que hay en los vapores la caldera lo aprovecha para aumentar la temperatura externa. Por hacernos una idea las calderas tradicionales liberan gases que pueden alcanzar temperaturas hasta de 200°C, mientras que en una a condensación no superaría los 55°C.

Para que lo podamos entender, la caldera de gas natural a condensación sería una especie de “calentador”, que gracias al gas natural que se insufla al comienzo de la generación de gases va generando una serie de vapores que se transmiten al intercambiador haciendo que el agua que fluye por su interior se caliente.

Al existir una entrada de agua fría y una salida de agua caliente generamos el agua caliente sanitaria o el agua para la calefacción que necesitamos.

Gracias a que en la actualidad existen termostatos que podemos regular en todas las estancias, el termostato será capaz de enviar una señal a la caldera para que envíe más o menos agua caliente. Los termostatos también están presentes en los baños, pudiendo regular la temperatura con gran exactitud gracias a las calderas de condensación.

Ventajas de la caldera de condensación

La principal ventaja de las calderas de condensación es que el calor latente ya no se escapa. Al aprovechar calor latente aprovechamos al máximo las propiedades caloríficas de las calderas de condensación.

Entre otras ventajas podemos destacar las siguientes:

  1. Conseguirás un ahorro inmediato en la factura del gas: Al conseguir ahorrar entre un 25 y un 30% la demanda de energía con respecto a otras calderas: la inversión en la compra de la caldera es amortizada en muy pocos meses.
  2. Despídete de las emisiones contaminantes: La condensación habilita a la caldera para funcionar a bajas temperaturas, siendo más eficiente y eliminando las emisiones de gases contaminantes. Esto nos ayuda a evitar los efectos perniciosos para la atmósfera y la salud pública como el smog fotoquímico.
  3. Regularás mejor tu caldera a la demanda que hagas de la misma, sin perder eficiencia como sucede con las calderas tradicionales.
  4. Vivirás más tranquilo: Las calderas de condensación funcionan sin paradas por lo que evitamos el continuo sonido “explosivo” de encendido y apagado. Además, el ventilador que inyecta la mezcla de aire-gas es modulante, por lo que se adapta a la cantidad de combustible que quemamos.

¿Cuánto cuesta una caldera de condensación?

El precio de una caldera estanca de condensación está entre los 650 y 2500 € y su instalación ronda los 400 €. Según FEGECA que es la Asociación de Fabricantes de Generadores y Emisores de Calor “una caldera de condensación cuesta unos 1.800 euros, a lo que habría que sumar 100 euros por la instalación de un desagüe, necesario para eliminar los condensados que genera la caldera.” En esta comparativa realizada por FEGECA podemos ver el gasto total al cabo de 3 años, a partir de entonces los gastos empiezan a ser exponenciales, es decir, el ahorro en gas se multiplica.

Además, desde Nedgia puedes contar con la nueva oferta que te proporciona ahorros aún más grandes al instalar el gas natural y que puedes consultar en nuestra oferta.

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