Depender del clima a la hora de hacer la colada o no tener espacio para secar tu ropa al aire libre son aspectos que pueden preocupar cada vez que pongas una lavadora.
Las secadoras a gas natural brindan soluciones ante estos problemas cotidianos que mejoran de forma considerable aspectos como la calidad de la ropa y el consumo energético.
Si siempre has querido este tipo de electrodoméstico pero temes a su consumo, debes saber que una secadora de gas natural te ofrecerá los mismos beneficios que su versión eléctrica, pero a un coste económico menor.
En Nedgia te hablaremos de todas sus ventajas y te explicaremos cómo funciona una secadora de ropa a gas.
¿Qué es una secadora de gas natural?
Una secadora de ropa a gas natural es un aparato que utiliza las prestaciones de esta energía de forma directa o indirecta.
Este gasodoméstico elimina la humedad de las prendas gracias al flujo constante de aire caliente. Su tamaño y capacidad es similar al de una lavadora, lo que facilita su instalación.
Cuenta con una potencia térmica de gas de 3kW y requiere de 0,2 kW de potencia eléctrica para accionar tanto el motor del tambor como el ventilador.
Además, dispone de otras particularidades, como:
- Dos temperaturas (Alta-Baja).
- Temporizador de funcionamiento.
- Giro reversible de tambor.
- Piloto para el funcionamiento del calentador.
- Programa final de antiarrugas, entre otras propiedades.
¿Cómo funciona una secadora a gas?
Una secadora de gas natural emplea calor, aire y giros para secar la ropa de la misma forma que lo hace una secadora eléctrica.
La diferencia entre ambas es que la secadora a gas natural utiliza un quemador de combustible en lugar de calentar el metal y el aire.
Al usar gas natural o propano, se requiere un encendedor para quemar este tipo de combustible. Después, un soplador o ventilador conduce el aire caliente al tambor.
Aparte del quemador, el sistema que permite el aporte calorífico en una secadora de gas natural, consta de un conjunto de electroválvulas. Estas controlan el paso del gas, unos dispositivos de encendido y vigilancia de llama, así como un electrodo de encendido y de ionización.
Ventajas de la secadora de gas natural
Son muchas las ventajas que tiene una secadora de gas natural frente a las eléctricas, por lo que te ayudarán a tomar una decisión a favor de este tipo de electrodoméstico.
- Requiere menos tiempo que una secadora eléctrica para secar la ropa.
- Seca mayor cantidad de ropa en menos espacio.
- La ropa está menos comprimida, lo cual facilita su planchado.
- Las prendas quedan más higienizadas y libres de gérmenes a causa del calor que desprende. Es recomendable para personas alérgicas.
- La ropa no está expuesta a alteraciones de color y textura debido al calor.
- El gasto de una secadora de gas es menor que el de una secadora eléctrica. El gas natural es 70% más barato que la electricidad.
- No incrementa los costes de la factura del gas en la instalación.
- Una lavasecadora de gas natural es más respetuosa con el medio ambiente, ya que reduce el gasto y ahorra energía.
¿Cuál es el consumo de una secadora de gas natural?
El consumo de una secadora a gas natural es de aproximadamente 167 kWh/año al ser un aparato clase energética A +.
Si se le compara con una secadora media de clase D, que consume unos 304 kWh/año, el ahorro es casi del 50%.
Consejos para reducir el consumo energético
Existen varios consejos para reducir el consumo energético cada día que utilices una secadora de gas natural, como:
- Sacar provecho de los programas automáticos de detección de humedad, ya que son más eficientes que los manuales.
- Utilizar el ciclo de enfriamiento progresivo. Esto permite que la ropa termine de secarse con el calor residual de la secadora de gas natural.
- Centrifugar la ropa en la lavadora antes de ponerla a secar. El consumo energético del centrifugado es menor que el de una secadora.
- Secar la ropa al aire libre durante los días soleados y cuando el clima lo permita. Es la forma más eficiente y limpia de secado.
En definitiva, las secadoras de gas natural son una gran alternativa a sus versiones eléctricas gracias a sus múltiples ventajas, tanto en el ámbito económico como en el ambiental.
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